Manejo de la Disfagia - Empresa Atención Sociosanitaria
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Manejo de la Disfagia

Manejo de l adisfagia

Manejo de la Disfagia

¿Qué es la Disfagia?

Es la dificultad para tragar alimentos sólidos, líquidos o incluso la propia saliva. Es un problema que puede dar lugar a neumonías y a cuadros de desnutrición y deshidratación.

¿Cómo podemos identificarla?

Prestando atención a las siguientes señales de alarma:

  • Tos y atragantamientos frecuentes.
  • Le cuesta manejar la comida en la boca o mastica con
  • Come mucho más despacio de lo que acostumbraba.
  • No puede controlar la saliva y se le cae con frecuencia.
  • Necesita tragar en varias veces una pequeña cantidad.
  • Sufre sofocos durante la comida.
  • Quedan restos de alimentos en la boca después de la
  • deglución.
  • Se observa hemiparesia facial.
  • Rechaza ciertos alimentos que antes comía bien.
  • Presenta infecciones respiratorias repetidas.
  • Pierde peso.

Consejos Prácticos:

A continuación se resumen una serie de consejos generales a aplicar en la alimentación de las personas con disfagia.

Condiciones del Entorno:

  • El lugar adecuado para comer ha de ser un ambiente tranquilo, sin ruidos ni distracciones.
  • La persona encargada de dar de comer ha de mostrar calma y seguridad, sentándose frente a la persona con disfagia y a la misma altura, anticipando con palabras lo que le va a dar de comer y enseñándole el contenido.
  • En la medida de lo posible, hay que dejar que coma sola, bajo supervisión.
  • La hora de las comidas ha de ser siempre que sea posible la misma, evitando horas de cansancio y somnolencia.
  • Intentar que la duración de la comida no sea superior a 30-40 minutos.

Higiene Bucal:

  • Tener limpia la boca es esencial para mantener hidratada la mucosa, para estimular la salivación y para evitar que el alimento se pegue a la boca.
  • El uso del cepillo eléctrico es recomendable; además de mejorar la limpieza bucal proporciona con la vibración información sensitiva a las encías, a los dientes y a la lengua.
  • Limpiaremos la dentadura postiza además de las encías y lengua. Verificaremos el ajuste de la dentadura ya que suele verse modificado tras largos periodos de hospitalización.
  • Cuando el enjuague dental es dificultoso, sustituiremos la pasta de dientes por un enjuague bucal sin alcohol y desinfectante colocando una escupidera a la vez que movilizamos la cabeza hacia delante.
  • Si la persona con disfagia está encamada, utilizaremos una gasa enrollada en el dedo y humedecida en agua o líquido desinfectante, y frotaremos las encías y la lengua.

 Estimulación de la cara y la boca:

Si existe falta de sensibilidad y movilidad en la cara, la lengua o los labios se pueden realizar masajes específicos.

Masaje

  • Cuando existe falta de tono en la cara y en la boca, utilizamos frío para dar masajes circulares con presión en las mejillas y en los labios. Se puede incluir vibración con el mismo cepillo eléctrico o con un vibrador facial.
  • Cuando exista un tono elevado, emplearemos calor y masajes más suaves y prolongados en las mejillas y sobre los labios.

 

Es importante no abandonar el interior de la boca, para ello trabajamos con el dedo meñique, introduciéndolo por las mejillas y recorriendo las encías, la lengua, el interior de los labios e incluso la lengua y el paladar.

Gimnasia bucal

Para ganar movilidad, fuerza y destreza en la lengua, en los labios y en las mejillas es conveniente hacer ejercicios de “gimnasia oral” llamados praxias.

Postura:

Si la persona está encamada, la incorporaremos para comer a 60º u 80º.

Si puede permanecer sentada, la colocaremos con una correcta alineación de cabeza y tronco.

Después de cada comida, antes de tumbarse, es recomendable que permanezca sentada o incorporada durante 15 minutos para evitar posibles aspiraciones.

 Maniobras para la deglución:

Los profesionales que intervienen en el tratamiento recomiendan, en ciertos casos, maniobras de protección para lograr una deglución segura.

La más utilizada es la maniobra de “descenso de barbilla”: a la hora de tragar hay que bajar la barbilla hacia el pecho. De esta manera protegemos el paso del alimento a los pulmones.

Modificaciones en la dieta

Las consistencias de los alimentos

Es más fácil tragar consistencias homogéneas (sin tropiezos) que se humedecen fácilmente y que se deslizan sin esfuerzo. Algunos ejemplos de estas consistencias son las cremas, los purés espesados de forma natural con harina o con patata, el yogur, las natillas, la cuajada mezclada,

el puré de frutas, la compota, el queso de Burgos, las croquetas, el pescado, las patatas aplastadas…

Las viscosidades de los líquidos

Para entendernos, diferenciaremos las distintas viscosidades con las que trabajamos:

  • puding: se asemeja a una crema, yogur o gelatina
  • miel: muy parecida a un yogur líquido
  • néctar: similar al zumo de melocotón
  • líquidos finos: como el agua

Los líquidos son problemáticos para las personas con disfagia. Es por ello que incrementar su viscosidad es de gran ayuda. En muchos casos habrá que recurrir al espesante o al agua gelidificada de venta en farmacia para poder lograr la adecuada viscosidad.

Volumen

El otorrinolaringólogo nos orientará en cuanto a qué volúmenes podemos administrar. Siempre usaremos la misma medida, bien con cuchara, con jeringuilla o con un pequeño recipiente. La medida “cuchara” es de las más empleadas:

  • cuchara sopera: 10ml
  • cuchara de postre: 5ml
  • cuchara de café: 2,5ml o 3ml

Sabor y temperatura

  • Exista o no una alteración en la sensibilidad o en el gusto, es conveniente trabajar con sabores intensos y con contrastes de sabores como por ejemplo: dulce-salado o ácido-amargo.
  • Si puede beber líquidos finos, se recomienda que tengan sabor (agua con unas gotitas de limón) y en algunos casos gas (refrescos con burbujas o gaseosa).
  • Alternar alimentos fríos y calientes estimula la deglución.

Cubiertos

Ante la duda, no utilizaremos jeringas y pajitas para dar de comer. Existe variedad de instrumentos adaptados tanto para sólidos como para líquidos.

Para personas con riesgo de atragantamiento, nos puede servir trabajar con el protector “antiahogo” que nos ayudará a trabajar la masticación y la deglución asegurándonos que no haya trozos de alimentos en la boca.

 

-Siempre se debe consultar a un profesional de la salud para conocer en profundidad todas las alternativas ante un problema de esta índole. –

 

Fuente de información: GUÍA PARA EL MANEJO DE LA DISFAGIA. Pautas para personas con

problemas de deglución. Hermanas hospitalarias AITA MENNI